viernes, 25 de abril de 2014

INSTRUMENTALES (I)

En un día como hoy, en el que ando atando cabos, o más bien soltándolos, tengo que recurrir a algo conocido y mío, muy mío, para no quedarme atrapado del todo en el Planeta Estupor. Para ello he elegido tres canciones instrumentales mías, muy mías de toda la vida, que datan de 1977, 1992 y 1997.

Siempre me han encantado "las instrumentales". En la época remota en que comprar un disco era un acontecimiento que duraba tres semanas de estudio concienzudo y monográfico, eran pequeños acontecimientos dentro de la obra completa, generalmente un oasis de riesgo e investigación. Las instrumentales eran un instrumento que los grupos usaban para dar rienda suelta a sus licencias de estilo o devaneos más cinematográficos. Curiosamente, o para ahondar más en ciertas referencias, dos de ellas tienen que ver con el mar.

La primera es The Whale, de la Electric Light Orchestra.

No tiene más que lo que es, pero me encanta. Se nota que el mundo de los sintetizadores estaba asomando la cabecita, y Jeff Lynne (al cual os podéis esperar que dedique un post en cualquier momento) no iba a dejar pasar la oportunidad de ser moderno, por antiguo que nos suene ahora todo lo de 1977 (la ELO por estas fechas producía canciones que eran muy adelantadas para la época). El LP era Out of the Blue, y Lynne lo escribió enterito en tres semanas y pico, recluído en un chalet alquilado en Suiza. Fue el album de mayor éxito comercial, y traía entre otras la mega optimista canción "Mr. Blue Sky", otra de mis favoritas, especialmente por la arriesgada transición que realiza en pocos minutos del pop a lo clásico, hasta llegar al apoteósico final à la Rachmaninov. Como sé que os vais a tirar en masa a la FNAC a comprar el álbum (ay, que me parto), procurad que sea el remaster de 1997. Os dejo con las ballenas...





La segunda canción también es marítima: Mermaid. Aparecía, así como por el final, en el CD mega super ventas Love Deluxe de 1992 de Sade (con la cual, he de decir, me crucé un día en la sección de discos de El Corte Inglés de Princesa -nada raro, por aquel entonces ella vivía en Madrid). Guapa, guapa. Ojalá muchos artistas hubieran seguido la filosofía que preside la carrera de esta mujer, y que podríamos resumir en "si no tienes nada bueno que decir, mejor te callas".

El tema es muy chill y muy out, especialmente evocativo, y no apto para momentos de tristeza profunda... o sí. Hacedme caso que conozco la música y ésta, como se enganche con ciertas emociones de pérdida o nostalgia, puede ser, como dirían en Cogollos del Obispo, "el clavo de los pies de Cristo", es decir, el remate. Momento introspección.




Acabo con una más alegre. Una que lleva hacia el lado de la suave belleza dinámica, no como la anterior.

Si tengo una faceta hetera en mi vida, ésta se concreta en algunos gustos musicales, como por ejemplo Dire Straits. Bueno, en concreto Mark Knopfler, que para mi gusto es la guitarra más delicada del planeta, con permiso de Pat Metheny y Brian May. La faceta de Mark Knopfler como compositor de bandas sonoras nunca ha sido suficientemente apreciada (hala, ya tengo otro post para el futuro). Precisamente el CD de The Princess Bride, que es una de mis músicas de cabecera para ciertas situaciones y que debería recuperar ahora mismo, lo compré en el mismo sitio y más o menos por las mismas fechas en las que me crucé con Sade. Qué curiosa tendencia la de las cosas y las personas a cruzarse en los momentos más cruzados (sic), ¿verdad?

En este caso, la banda sonora de Wag The Dog (una peli de 1997 de politiqueos varios, con Dustin Hoffman y Robert De Niro) traía esta simple canción, algo country (y algo remotamente celta, por tanto) como parte de la banda sonora. Me encanta la manera en que los teclados van entrando para hacerle la cama la cama a la guitarra, es de una sensibilidad infinita... Ahí va.




Un consejo gratis, como gratis es todo lo que os ofrezco. Así como de remate y de pasada. Va: nunca, nunca, nunca creáis que conocéis a alguien ni que sabéis lo que es capaz de hacer con tal de sentirse bien, sin ver más allá de sus propias narices ni tener el cuenta el cuándo, el cómo y el por qué... No os alcanzará la imaginación.

4 comentarios:

  1. Muy chulas, ELO y Sade soberbias... En efecto Sade, bajo observación médica :))) Menudo año. Nímate.X

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  2. Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir... Qué recuerdos!!!! ;)

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  3. Efectivamente... ¿Y cuando él le decía a ella "as you wish..." queriendo decir realmente... "te amo"? ¿Eh? ¿EHHH? Ains...

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